Sí, todos los sabemos, marzo es el mes de la mujer. Pero os aseguro que este post va mucho más allá, porque os queremos contar, la importancia, vital, que ha tenido la mujer en la historia de la cerveza. Y es tan apasionante (y desconocido) que le vamos a dedicar todo el mes.
¿Tú, cervecero o cervecera, sabías que durante siglos las mujeres fueron las principales productoras de esta bebida? Pues sí, las mujeres fueron origen y guardianes de esta bebida que hoy nos apasiona, y todavía se mantiene este rastro ancestral en diferentes culturas alrededor del mundo. En la mayoría de las sociedades antiguas las deidades protectoras de la cervecera eran entidades femeninas asociadas con la fertilidad. Y es lógico: la cerveza viene del cereal, el cereal es el símbolo de la abundancia y la fecundidad, y éstos son símbolos femeninos
Así que las mujeres han sido consumidoras, pero sobre todo productoras, durante al menos 3500 años. ¿Quieres saber más? ¿Cómo surgió esta bebida? ¿Por qué las mujeres estaban a cargo? ¿Por qué se rompió el lazo entre mujeres y cerveza? Te voy a contar la historia completa:
El principio de los tiempos: Sumeria, Babilonia y otros pueblos muy antiguos
La cerveza tiene un legado muy antiguo: surgió antes que el vino, antes que el whisky y antes incluso que el pan.
¿Os acordáis del Poema de Gilgamesh, ese del que nos hablaban en clase de historia en el instituto? Pues además de ser uno de los primeros poemas épicos de los que se tiene constancia, en él aparece Ninkasi la diosa de la cerveza o “la Señora que llena la boca”. Esta deidad nació de “aguas frescas y burbujeantes”, y su misión era “saciar el corazón” de Enki, el dios de la mitología sumeria.
Vale, una diosa que nace para cubrir las necesidades de un dios. Pero inventó la cerveza. Y su importancia cultural y social (y por lo tanto, la de la cerveza) fue tanta que tiene hasta su propio poema, anónimo, escrito sobre el 1800 a.C., el Himno a Ninkasi. Y en este poema se da una de las primeras recetas de cerveza conocidas.
En Sumeria y Mesopotamia sólo las sacerdotisas de esta diosa podían elaborar el brebaje sagrado, manteniendo el control absoluto de la producción. Y se usaba tanto en ceremonias como en la ración diaria de alimentos.
En Babilonia la producción de cerveza es tan grande que se empieza a comercializar, y de nuevo, eran las mujeres las que regentaban las tabernas y panaderías (como veis, cerveza y cereal siempre van de la mano). El precio de la cerveza debía pagarse en grano crudo, y en el libro de leyes más antiguo, el Código de Hammurabi, se regula el pago de la misma.
Otro regalo que nos hicieron las mujeres de estas civilizaciones fue la pajita para beber la cerveza. Debido al método de elaboración, el líquido contenía trazas de cáscaras de grano y otras impurezas que flotaban en la superficie. Así, con una pajita, se podía beber la parte inferior, es decir, la cerveza, sin problemas.
Egipto: la cerveza como moneda
La palabra salario viene de sal. Pero lo increíble es que en Egipto una parte de ese salario también se pagaba en cerveza: unas dos vasijas por día de trabajo. De hecho la cerveza era tan importante en la vida diaria, que el jeroglífico para la comida era una jarra de cerveza y una barra de pan.
El preciado alimento líquido también se producía de manera artesanal en las casa, había mujeres en el servicio doméstico dedicadas únicamente a esta tarea, y un lugar de la casa reservado para ello, que se llamaba “la pureza”. Bonito, ¿no?
Sin embargo la importancia que cobró la bebida en el país y fuera de él (se llegó a exportar a Roma, Palestina e incluso la India) hizo que los hombre tomaran el control del comercio, y la mujer fue relegada a roles más secundarios. En cuanto llegó el dinero, a las mujeres se les echó a un lado…
Como para todos los pueblos antiguos, para los egipcios la cerveza tiene un origen divino ya que aún no se comprendía el proceso de fermentación. Y también tienen un mito, protagonizado por otra diosa, para el origen de la bebida. Este cuenta como Sejmet, diosa guerrera, con cuerpo de mujer y cabeza de leona, fue enviada por Ra, dios del cielo, del Sol y del origen de la vida, para castigar a la humanidad por dejar de adorarlo.
Pero el escarmiento impartido por Sejmet fue tan duro que el propio Ra, para calmarla, le dio a beber cerveza roja (habitualmente se elaboraba la bebida con trigo rojo y espelta) diciéndole que se trataba de la sangre de todos los hombres. Embriagada por el trago, Sejmet se convirtió en Hathor, diosa del amor, la alegría, la danza y la música. El mágico poder de la cerveza.
En el norte: guerreros vikingos y el Kelavala finlandés
Entre los siglos VIII y X A.C. los vikingos se extendieron por toda Europa. Eran temidos por su ferocidad en la lucha. Donde iban, la liaban. Y cada nueva conquista era celebrada con Aul, una cerveza con categoría de bebida sagrada. ¿Y quién elaboraba este elixir de victoria? Pues de nuevo las mujeres, que tenían la exclusividad de esta tarea.
Algunas de las cervezas elaboradas por las vikingas contenían ingredientes alucinógenos. Diferentes fermentaciones y hongos añadidos provocaban reacciones parecidas al del LSD. Las mujeres bebían codo a codo (o jarra a jarra) con los hombres, y desarrollaron el concepto de “bragg”, o el poder de ver el futuro, bajo la influencia de esta bebida. Así, algunas productoras de cerveza pasaron a ser sacerdotisas, y su posición en la sociedad mejoró.
Y para cerrar este post, te traigo una última historia mitológica, poco conocida, que también cuenta cómo se creó la cerveza. En el Kelavala, la recopilación de los poemas épicos finlandeses, de nuevo tres mujeres trabajan para elaborar la primera cerveza del mundo, pero sin resultado. Entonces una de ellas, Kelavatar, combinó la saliva de un oso con miel de silvestre y lograron la primera cerveza espumosa, que regalaron a los hombres.
Lo curioso de todo esto, es el número de versos que se dedica en este poema a la creación de la cerveza en comparación con el espacio que dedica a la creación del mundo… ¡más del doble! Los finlandeses tenían claros cuales eran sus prioridades.
Seguro que estas historias te han sorprendido tanto como a mí. No es lo que nos suelen contar de pequeños. Pero tiene su lógica. Como ya te dije, la cerveza apareció mucho antes que el vino. Y además, durante siglos, la cerveza fue la bebida más sana que existía. Debido a que el agua provenía en buena medida de los ríos y pozos, era susceptible de provocar enfermedades; por el contrario la cerveza, por su contenido en alcohol, era mucho más segura, tanto que se bebía desde niños
En el próximo post te contaré que pasó con la cerveza con los romanos y durante la Edad Media… y cuál fue el papel de la mujer