Nuestro anterior artículo de la serie cultura cervecera estuvo dedicado a la malta, ese ingrediente primordial para la fabricación de tu bebida favorita.
Lo que queremos explicarte hoy son los diferentes tipos de malta que existen, para que cuando leas las informaciones de los maestros cerveceros sobre las recetas de tus estilos favoritos, entiendas al máximo todo lo que explican.
Y es que, de igual modo que con otras bebidas como el vino, donde más o menos conocemos todas las uvas que pueden componer una botella, ¿por qué no saber lo mismo de las cervezas? Ya veréis que no es complicado, ¡vamos con las diferentes clasificaciones de malta que existen en el mercado!
La malta y sus familias: las maltas bases
Las maltas bases son aquellas que se pueden usar al 100% en una receta de cerveza. Vamos, que no sería necesario añadir nada más (a no ser que se quiera).
- La malta Pilsner es la más clara de todas y la elección tradicional para las cervezas Lager, a las que aporta sabores de pan y miel. La malta Pale tiene un poco más de color y sabores más complejos, con un repertorio que va del bizcocho a las galletas y el brioche.
- La malta Vienna es la base de estilos centroeuropeos tradicionales, como las Märzen de Oktoberfest, a los que aporta sabores profundos de panadería y frutos secos y un color dorado intenso.
- Por último, la malta Munich cubre un repertorio de colores y registros que llega hasta los tonos ambarinos, siempre con profundos recuerdos de cereal. Las maltas especiales
Las maltas diversas: los toques que diferencian la receta
Con ellas no se puede componer una receta al 100%, sino que se usan para añadir toques particulares y casi siempre se emplean en cantidades que no llegan a ser ni la mitad de la base. Son el fruto de procesos muy concretos de horneado y tostado a altas temperaturas propios de cada maltería. Las más conocidas son:
- La malta ámbar se hace como la pale pero se tuesta a temperaturas algo superiores, por lo que marca sabores de frutos secos y bizcocho, además de un ligero amargor.
- La malta biscuit se tuesta con algo más de calor y muestra unas notas algo más tostadas de avellanas y toffee.
- La malta brown se tuesta a temperaturas no tan altas pero durante un tiempo más largo y aporta colores castaños y sabores de café.
- Las maltas ácidas aportan un toque de ácido láctico que ayuda a corregir el PH del mosto en la maceración.
- Las maltas ahumadas se tuestan en hornos de maderas, al viejo estilo, y aportan entonces el toque de humo peculiar de cada una.
Las maltas especiales: el carácter especial
Son maltas que se usan en proporciones poco generosas ya que proporcionan poco azúcar fermentable y pueden hacer cervezas pesadas y dulzonas si nos excedemos. Es difícil que una receta lleve más allá de un 15-20%, pero pueden combinarse varias de ellas.
- Las maltas crystal o caramelos, sus aromas y sabores son dulces y cubren una amplia gama de colores y matices, desde la palidez hasta los tonos oscuros: puede decirse que cada malta base o especial tiene una “hermana” crystal o caramelo. La producción de estas maltas se hace en pequeños lotes y de una manera muy artesanal.
- Las maltas oscuras son las que se tuestan a altas temperaturas y por este calor extremo pierden su poder enzimático, se acidifican y se hacen más astringentes, exactamente como ocurre con los granos de café o la semilla del cacao, que se elaboran con procesos semejantes. Las principales maltas de esta familia son la Chocolate y los distintos tipos de Carafa, que imparten sabores de cacao y regaliz.
En esta categoría entra también el grano de cebada altamente tostado -pero sin maltear- que se conoce como roasted barley y que es un ingrediente vital en las stout.
Maltas de otros cereales
En los últimos años se ha desarrollado un gran interés por maltas alternativas como las de centeno, arroz o avena.
- El trigo es un cereal tan tradicional en la cerveza como la cebada pero tiene ciertas dificultades para ser malteado. Según las recetas, puede suponer entre el 5-10% y el 60-70% de la base.
- El centeno aporta una excelente sensación en boca a la vez que refuerza el carácter maltoso general y añade un peculiar acento como de especias, semejantes a la pimienta. No es muy fácil de trabajar a la hora de hacer el mosto y,suele usarse en porcentajes que van del 5 al 10%.
- Las maltas de avena son las más nuevas en el mercado. Esta última tiene muchos aficionados ya que refuerza el cuerpo y aporta suavidad y textura sedosa con un sabor que recuerda a la nuez.
Ahora que ya sabes como se denominan estos tipos de malta: ¿sabrías identificar tu malta favorita?, ¿O mejor dicho, la malta que más aparece en tu estilo de cerveza artesana preferido?
No es por nada, pero imagina lo molón que queda cuando vas a pedir una birra a un buen sitio especializado y preguntas por un cierto tipo de malta.