Sea para la comida o para la cena (¡o incluso para desayunar!), la tradicional tortilla de patatas es uno de los platos españoles más democráticos que hay (a pesar de la polémica: ¿con o sin cebolla? 🤷🏻♀️ ).
Aunque es una receta no muy complicada (debe llevar solamente cuatro ingredientes tan sencillos como supremos: patata, huevo, sal y aceite de oliva), su sabor en boca es toda una experiencia, principalmente cuando pensamos en las diferentes variaciones: ¿muy hecha o jugosa?, ¿con patata fina y crujiente, doradita y sin llegar a ser líquida?, ¿con adición de queso, trufa, callos o pulpo?...bueno, hay muchas opciones.
Para nuestro maridaje cervecero hemos pensado en la tortilla de patatas con cebolla, bien hecha, crujiente, o sea, con sabor un poco más notable, con textura, pero siempre manteniendo la elegancia de sus sabores suaves, así que maridaremos el plato con:
Pilsner:
este estilo tradicional de la República Checa tiene un cuerpo medio y un perfecto equilibrio entre la maltosidad dulce de entrada y un final seco y lupulado de fino amargor. Toda esta compleja suavidad se complementa delicadamente con la tortilla, maridaje por similitud de sabores ligeros.
Nuestra sugerencia aquí es el maridaje con La Sagra Madrí Pilsner, una cerveza artesanal elaborada con amor y chulería. Uso de 100% malta de cebada española tipo Pilsner: rubia, ligera, con notas afrutadas y ligero amargor final.
Witbier:
estilo de trigo belga cremosa, suave, refrescante, carbonatada, con notas cítricas y especiados, así que su maridaje es por textura, ya que en la tortilla los ingredientes del plato aportan este carácter cremoso y sedoso, además, el huevo proporciona una sensación grasa en boca, y la alta carbonatación de este tipo de cerveza ayuda a limpiarla del paladar.
Nuestra sugerencia aquí es el maridaje con La Ribera Costa Azul Witbier, de color dorado y aspecto turbio, de espuma blanca, cremosa y consistente. En aroma notas de plátano, clavo, cereal crudo, cítricos, y cilantro. En boca es refrescante, sabrosa, elegante y hedonista.
Amber Ale:
un maridaje por contraste, es decir, la suavidad de la tortila será un agregado al sabor de este estilo "tostado", que se caracteriza por el equilibrio entre el dulzor de la malta (a veces con toques de caramelo) y el amargor del lúpulo. De cuerpo medio/medio-pleno y carbonatación media/media-alta.
Nuestra sugerencia aquí es el maridaje con Califa Morena Amber Ale, en boca presenta un cuerpo medio, elevada intensidad gustativa y sabores que nos recuerdan al caramelo, regaliz y galletas tostadas. Su final es seco, amargo y elegante.
Märzen:
otro maridaje por contraste (complementación), este es un estilo alemán de perfil seco, con una carbonatación media-moderada, cuerpo de consistencia media que es realzado por una textura muy suave y cremosa, que puede crear la idea de una sensación en boca más completa. Puede parecer dulce al comienzo del trago, pero se transformará rápidamente en sabores complejos inclinados hacia el pan con un suave carácter tostado.
Nuestra sugerencia aquí es el maridaje con Althaia Mediterranean Märzen, de color de tonalidad ambar-rojiza y sabor cremoso a pan tostado.