Como buenos cerveceros sabéis que el origen de la cerveza se remonta a muchos siglos atrás. Os lo contamos en nuestro último artículo, es más que probable que los Reyes Magos de Oriente (o sus contemporáneos sumerios) bebieran cerveza. O algo parecido, porque lo que se tomaba antiguamente era más bien una infusión (más o menos alcoholizada) de cereales…
Para llegar a la cerveza tal y cómo la conocemos ahora se han necesitados muchos siglos, circunstancias históricas y descubrimientos varios. Lógicamente, estos avances se dieron de forma heterogénea en diferentes partes del mundo, principalmente en Europa, que es donde más arraigó esta bebida. En cada región, con sus nuevas recetas e inventos, se creó una Escuela Cervecera propia.
Hoy en día, podemos disfrutar de todos los estilos de cerveza inimaginables, pero para llegar a esto, estas “escuelas” nacionales tuvieron que interactuaron entre ellas y enriquecerse mutuamente. Vamos a hablaros un poco de cada una.
La Escuela Alemana: leyes reguladoras y frío
El 23 de abril de 1516 Guillermo IV de Baviera promulgó la famosísima (si eres cervecero) Ley de la Pureza, que establecía que la cerveza solamente se podía elaborar a partir de tres ingredientes: agua, cebada malteada y lúpulo.
Esto se produjo por dos motivos. Por un lado, a la cerveza se le añadían diversas hierbas, y al no tener regulación había bastante descontrol, que provocaba incluso intoxicaciones. Por otro lado, y quizás la razón más curiosa, es que se quería evitar que el trigo se usara para elaborar cerveza, ya que se quería reservar para la fabricación de pan.
Esto paró la producción de unos de los estilos más característicos de Alemania, las cervezas de trigo (con su característico olor a banana). Pero afortunadamente no se perdieron.
Unos años más tarde, en 1539, se estableció la prohibición de elaborar cerveza de abril a septiembre, pues en estos meses más cálidos la cerveza se estropeaba. Como ya os contamos en el artículo de inventos que nos trajo la cerveza, el primer sistema de refrigeración de esta bebida no llegó hasta 1873. Con el desarrollo de grandes equipos de frío industriales las cervezas Lager, que es estilo más característico de la Escuela Alemana, comenzaron a producirse a escalas cada vez mayores, hasta transformarse en las más consumidas del mundo.
La Escuela Inglesa: Porter, la más popular durante siglos
Desde el siglo XVII hasta mediados del XIX todos los europeos bebían Porter, la cerveza más famosa del Reino Unido (y fuera de él). Esta ale se elaboraba ya con lúpulo y malta tostada y se hizo tremendamente popular entre los porteadores que trabajaban en los mercados de Londres, de ahí su nombre.
Estas cervezas negras fueron las primeras que se elaboraron de manera industrial (de hecho su mayor desarrollo fue durante el periodo de la industrialización). Una de las características de este estilo es que se elaboraba en enormes cubas de madera, que permitían controlar mejor la temperatura. Hoy en día aún se sigue sirviendo así en muchos pubs, directamente desde el barril.
La Escuela Checa: Pilsen, el estilo que arrasó
La actual República Checa compartía región, clima e historia con Alemania. También una gran tradición cervecera.
Por eso no es de extrañar que aquí se diese una vuelta de tuerca a las cervezas Lager y en el siglo XIX se desarrollase el estilo Pilsen (que toma el nombre de su ciudad de origen). El éxito de este estilo fue tan grande, que rápidamente se empezó a fabricar en Alemania y en toda Europa, donde desbancó a la cerveza negra inglesa.
La Escuela Belga: fermentación y monjes
Otro país indisociable de la cerveza es Bélgica. Históricamente ha sido su bebida nacional y tienen un gran número de estilos y variantes. Por eso es difícil determinar unas características generales a las birras de la Escuela Belga. Pero si tuviésemos que resumirlo en dos palabras, sería fermentación y monjes.
Fermentación porque la Escuela Belga se diferencia del resto en la elaboración de la cerveza, donde la fermentación es el eje central de la misma. Desarrollaron hasta cuatro diferentes métodos de fermentación: baja, alta, espontánea y mixta. Dos de ellas, la fermentación espontánea y la fermentación mixta son exclusivas del país.
Aparte de las fermentaciones, que producirán un gran número de estilos, Bélgica está muy asociada a la fabricación de cervezas en sus monasterios y abadías. Estas cervezas trapenses son las más representativas y difundidas de la Escuela Belga, siendo Dubbel y Tripel los estilos más conocidos.
La Escuela Americana: recuperación de las antiguas recetas
Cuenta la leyenda que en los primeros barcos de colonos que partieron de
Inglaterra a América, ya había barriles de cerveza. Lo que está claro es que era una de las bebidas más populares en el nuevo continente, pero, de nuevo, dudamos que fuesen cervezas tal y cómo las conocemos hoy en día.
A finales del siglo XIX los inmigrantes alemanes instalados en el país desarrollaron versiones de las Pilsner europeas. Se clasificaron bajo el estilo American Lager, que fue el que dio origen a las demás cervezas Lager de producción masiva industrial a lo largo del mundo.
Pero quizás la gran aportación de la Escuela Americana fue a partir de los años 80, que es cuando se inició el movimiento craft, y poniendo el foco en la elaboración artesana. También fue gracias a la Escuela Americana el desarrollo del estilo Indian Pale Ale una categoría de cerveza que, con sus sabores dulces y sorprendentes, tiene muchos adeptos hoy en día.
En los próximos meses iremos profundizando sobre cada una de estas Escuela.
¿Crees que sabrías adivinar cuál es el origen de tu estilo de cerveza favorito? Si no lo sabes, no te preocupes, ¡en beersapiens nos encanta difundir la cultura cervecera y te lo vamos a contar todo!
Fuentes: malbainsumos.com, delgranoalacopa.com