¡Hola amigo beer sapiens! Hoy te traemos el último de los capítulos de educación cervecera que hemos dedicado a las Escuelas Cerveceras que han cambiado la historia de esta bebida.
Si has leído los anteriores artículos ya sabrás que estas Escuelas se desarrollaron en Europa y que cualquier estilo de cerveza artesana de hoy en día que te guste tiene su origen en alguna de ellas.
¿Pero qué sucede con la más reciente de todas, es decir, con la Escuela Americana? Como con la mayoría de sus aportaciones, los americanos hicieron con la cerveza algo muy inteligente: cogieron lo mejorcito de las recetas tradicionales y las mejoraron. Un Made un América en toda regla.
La historia de la Escuela Americana: los Washington ya bebía cerveza
Cuenta la leyenda el Mayfower (el primer barco que llevó colonos ingleses a las colonias del "Nuevo Mundo") ya transportaba cerveza en sus bodegas. No hay datos confirmados, pero tiene lógica porque como ya os hemos contado muchas veces, en esa época la cerveza era más sana que el agua.
Otra anécdota que nos encanta es la que cuenta que Marta Washington, la mujer del primer presidente de los Estados Unidos, tenía su propia receta de cerveza. Y aquí sí que hay datos históricos ya que se conservan sus diarios, y en uno de ellos, en la última página, están anotados los ingredientes y cantidades para la elaboración cervecera. Era una birra con bajo contenido alcohólico y sin lúpulo, pero algo es algo… A la Primera Dama le debía de gustar mucho la cocina, también se conservan libros de recetas de ellas con diferentes cocktails e incluso unas anotaciones para recuperar la cerveza que se había echado a perder.
Incluso los esclavos que tenían la familia Washington elaboraban su propia cerveza. Usaban para ellos ingredientes menos nobles y apenas tenía alcohol, ya que la usaban principalmente para hidratarse durante sus tareas diarias. Todo esto lo sabemos porque en otro libro de cuentas está recogido cómo a veces se les pagaba con lúpulo.
Las primeras fábricas en América
Pero volviendo a los orígenes de la cerveza en este continente, a excepción de las cervezas que producían los nativos o algunas tentativas que los colonos elaboraron con los ingredientes autóctonos (como la cerveza de calabaza o de maíz), hubo que esperar a principios del siglo XVII para una producción más o menos profesional.
Las primeras fábricas de cerveza pertenecieron a la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales y estaban en el actual Nueva York. Pero eran los ingleses los que más y mejor cerveza tenían. En aquella época el Imperio Británico tenía unas 13 colonias en América del Norte y, sobre todo, tenían el control comercial. Por sus puertos entraba todo tipo de mercancías y no podía faltar la bebida más popular entre ellos, la cerveza. En aquella época era el estilo estrella era la Porter, oscura y potente, que también triunfaba en Londres.
La llegada de los alemanes a New York
Todo el panorama cervecero cambió a principios del siglo XIX, con la llegada masiva a América de europeos. El sueño americano atrajo a irlandeses, italianos y a más de 8 millones de alemanes. Y casi todos fueron a parar a Nueva York, que era la puerta de entrada al país.
La población germánica era importantísima en la ciudad, y rápidamente comenzaron a elaborar sus propias birras al estilo de la Escuela Alemana y Brooklyn se convirtió en la mayor fábrica de esta preciada bebida. Tal fue su éxito, que a finales de ese siglo, la Lager se había convertido en el estilo más consumido en Estados Unidos.
La Ley Seca de los años 20 y la cerveza.
A todos nos suena la Ley Seca que se instauró en el país en los años 20. Se prohibió el consumo de alcohol salvo contadas excepciones, y esto aumentó la especulación, las fiestas clandestinas y las mafias que se hicieron con el control del mismo. Evidentemente estas restricciones también afectaron a las cervezas, y sobre todo a las pequeñas cerveceras, que no pudieron resistir la falta ventas. Sólo las grandes pudieron mantenerse.
Los años 70, el movimiento cervecero craft y el lúpulo americano
La primera mitad del siglo no fue nada fácil para la cultura cervecera en EEUU. Incluso hubo un declive en el consumo de la misma, ya que durante la Segunda Guerra Mundial esta bebida se identificó con la Alemania nazi, y se dejó de consumir en casi todo el territorio americano.
Sin embargo los años 70 trajeron muchas revoluciones: culturales, sociales y económicas. Y la cerveza también se benefició de ese aire de libertad que recorría el país y que ponía el foco en una vuelta a la tradición y lo manual.
En esta época aparecieron por todo el mapa micro cervecerías artesanales. Se volvió la mirada hacia los orígenes, no solo recuperando los estilos que habían traído los antepasados europeos sino también incorporando técnicas que estaban desapareciendo.
Fueron esos años y su creatividad desbordante los que van a definir el elemento que más va a caracterizar a la escuela americana: un lúpulo muy aromatizado. Y es que hasta entonces el lúpulo no era muy apreciado en el territorio ya que se consideraba bastante áspero. En esta década se empezaron a cultivar variedades autóctonas con unos sabores muy característicos.
También se recuperarán antiguas técnicas de elaboración que darán lugar a los estilos característicos de la Escuela Americana. Pero todo esto lo veremos en el próximo episodio. A nosotros nos han entrado unas ganas locas de una buena cerveza craft, ¿y ti no?