Para acabar con este ciclo dedicado a las cervezas ácidas alemanas, queremos profundizar un poco más en las características de sabor, apariencia y olor de las Berliner Weisse, o lo que también se llama “perfil sensorial”. No te asustes por el nombre, simplemente tienes que leer y la próxima vez que tengas una cerveza de este estilo delante, intenta identificar las características que se dan aquí. ¿Preparado?
Color
El color de las Berliner Weisse es muy pálido, como si fuese el color de la paja, pero un poco menos intenso. En general son muy transparentes, aunque se pueden encontrar algunas cervezas de este estilo con un color un tanto velado. La carbonatación es intensa y picante, con una buena formación de espuma, pero que dura poco.
Aroma
En las cervezas jóvenes hay un aroma moderadamente ácido y con carácter a trigo. ¿Qué significa esto? Si cierras los ojos y aspiras, el olor te recordará a la masa cruda del pan. También puedes encontrar bastantes aromas de frutas, que pueden ir desde el limón hasta la manzana ácida. Cuando la cerveza madura, aumenta su carácter afrutado y pueden generarse unas notas florales. Pueden tener un aroma a Brettanomyces, si se ha utilizado esta levadura en la fermentación. Lo que es súper importante, y característico de las Berliner Weisse es que no debe apreciarse aroma de lúpulo.
Sabor
En cuanto a sabor se caracterizan por una acidez láctica fuerte. En la parte posterior del paladar deben saber a trigo, lo que le da un equilibrio entre acidez y maltosidad. Pero siempre debe de ganar el sabor ácido, nunca el amargo. La sensación en boca, o esa primera impresión al dar un trago, es refrescante, debido de nuevo a la acidez y su carácter afrutado. El cuerpo de este estilo es ligero a medio.
Elaboración
Mientras en el resto del centro de Europa la levadura de fermentación baja era la utilizada en la mayor parte de los estilos, en la elaboración de la Berliner Weisse se utilizaba la levadura de fermentación alta. La decocción era el proceso de maceración utilizado y el mosto no se hervía. El lúpulo se solía añadir en las etapas iniciales de la maceración, generalmente en la primera decocción, de esta manera ayudaba a la filtración y aportaba muy pocas unidades de amargo. A veces se hervía una pequeña proporción de lúpulo y se añadía el extracto al mosto, pero siempre al principio del proceso.
*Si nos ponemos un poco más técnicos, las características de este estilo son: Alcohol: 2,8-3,8%, IBU: 3-8, Color EBC: 4-6 28.
¿Cómo se toma?
Es una cerveza que pide frío, ¡se puede consumir casi recién sacada de la nevera!.
Como dato curioso, en la época de su mayor popularidad, las Berliner Weisse se servían en “bañeras” de cristal de tres litros. Pero hoy en día se sirven en simples y mortales vasos. Más específicamente en copa, porque este estilo tiene su copa cerveza específica. Las Berliner Weisse se sirven en lo que se llama un cáliz, es decir, un vaso con base y una boca muy ancha.
Como ya os hemos contado, su acidez fue probablemente la razón por la que la gente de principios de siglo disfrutaba de esta cerveza con Strippe, un trago de licor de alcaravea (una especia parecida al anís). También se puede beber al modo «Weisse mit Schuss», es decir una dosis de jarabe de frambuesa (“himbier”) o de aspérula (“walmeister”), una hierba con un sabor y aroma dulzón a vainilla.
En algunos bares se suele servir con una pajita para beber. Esto de beber la birra con pajita crea bastante controversia en el mundo cervecero. Otra manera típica de consumir este estilo es combinar tres vasos uno lleno de Weisse dorado puro, uno mezclado con jarabe de frambuesa roja y otro mezclado con jarabe de aspérula verde. A esto, los alemanes le llaman «Ampel», que significa semáforo.
Aquí en España también tenemos varios ejemplos de elaboración de este estilo con muy buenos resultados y con algunos toques personales de sus mentores muy llamativos. En Beer Sapiens puedes encontrar aquí este estilo. ¿Te atreves a hacer un “Semáforo” con estas tres cervezas y dárselo a probar a tus amigos?