La Servicio oficial de la Agencia Estatal de Meteorología para el tiempo y el clima, conocida por los amigos como AEMET nos ha avisado de que llega un frente frío que llenará de nieve gran parte de España. La verdad, a nosotros nos ha alegrado bastante la noticia, porque hay cervezas que son perfectas para el frío. Y no hay mejor plan cuando está nevado fuera que estar en tu casa, calentito, disfrutando de una contundente cerveza negra.
Por esto también queremos hablarte este mes de uno de nuestros estilos de cerveza negra favoritos, el Porter. El padre de las cervezas negras tal y como las conocemos hoy en día.
Cerveza Porter: el estilo pionero
Y es que se considera este estilo el origen de todas las cervezas negras que bebemos hoy en día. Surgió en Londres a principios del siglo XVIII y desde el comienzo estuvo asociado a las clases trabajadoras. Sin embargo, esta popularidad fue una gran ventaja para este estilo de cerveza, ya que es el primero que se industrializó, es decir, el primer estilo que empezó a producirse a gran escala en fábricas.
Pero además, también fue el pionero en viajar de un continente a otro. Y tiene lógica: es el estilo cervecero preferido de los ingleses, y se lo llevan con ellos en su expansión colonial y mercantil. Así que las Porter desembarcarán en USA, Suecia o Rusia. Y en estos nuevos países es donde se convertirán en nuevos estilos: American Porter y Baltic Porter. Os contaremos más sobre estas variantes en próximos post.
¿Cómo surgió el estilo Porter?
Las primeras Porter inglesas nacieron como una variante añejada de las Brown Ale de la época. Cuenta la leyenda que fue el cervecero Ralph Harwood quien “invento” este estilo, aunque estudios actuales desmienten esto. Pero en cualquier caso, lo interesante es que este estilo es el primero que se madura en fábrica, ya que hasta entonces, las cervezas se vendían recién elaboradas.
Y esta nueva forma de consumir cerveza encantó a las clases populares londinenses. Tanto que este estilo tomó el nombre de sus principales consumidores, los porteadores de los muelles del Támesis, o porters. Pero como todas las recetas cerveceras, las Porter que se consumen entonces no son exactamente como las que tomamos ahora, ya que los registros indican que eran más fuertes y amargas que las actuales.
¿Cuál es la diferencia entre una Brown y una Porter?
A veces se confunde estos dos estilos porque las Porter comenzaron a elaborarse con malta Brown al 100%. Una vez más, las circunstancias históricas influyeron en las recetas cerveceras: con las Guerras Napoleónicas hubo una enorme subida de impuestos que encarecía mucho esta fabricación. Los cerveceros ingleses descubrieron que las nuevas maltas Pale, aunque más caras, daban mejores rendimientos y, combinadas con un pequeño aporte de la muy oscura Black Patent (recién creada por Daniel Wheeler en 1817), conferían el color adecuado. Este fue el momento histórico en el que las Brown (que siguieron utilizando esta malta clásica) y las Porter (que se pasaron a la nueva mezcla de Pale con Black Patent) se separaron.
A lo largo de las décadas, las Porter empezaron a bajar su graduación y el lupulado. En paralelo aparecieron las Stout Porter, que se crearon amplificando estas características. Así se creó este otro subestilo, las Stout, que alcanzaron su máxima popularidad en las Guerras Mundiales.
Mientras tanto, las Porter pasaron de moda en Inglaterra… hasta que el movimiento craft norteamericano rescató la receta en los años 70. Hoy en día, el estilo Porter goza de buena salud, tanto en su versión inglesa como en la americana, y sus cambios históricos nos han dejado como muchos variantes en las recetas.
Pero nosotros nos queremos centrar en las American Porter y las Baltic Porter, ¿conoces las características de estos estilos? Estate atento a nuestro blog, te iremos contacto más, porque, como ya sabes, uno de nuestros objetivos principales en Beer Sapiens es la divulgación cervecera. Aunque ahora lo importante es prepararse para este frío, ¿no te parece?